Hola a todos y todas,
¿Recordáis el pasado 25 de Abril?; nos visitó Yolanda Barroso, responsable del Departamento de Difusión del Consorcio de Mérida, nos contó como los romanos construyeron nuestro Acueducto y su utilidad. He pensado que sería bueno escribirlo
para no olvidarlo.
Espero que os resulte interesante. Creo que no olvide nada, mas si no fuera así, sólo tenéis que escribirlo vosotros también.
CONSTRUCCIÓN DE ACUEDUCTOS
La construcción del
acueducto era una obra de gran complejidad debido a las múltiples tareas que
tenían que efectuarse.
Su organización
dependía directamente del emperador, quien ostentaba el título de “Curator Viarum”.
El personal que
intervenía en la obra estaba constituido por:
- El CURATOR AQUARUM, el ingeniero militar.
- El INGENIERO CIVIL ( éstos dos primeros
solían ser la misma persona).
- EL TOPÓGRAFO.
-LOS ARTESANOS: Llamados los fabri, formado por los picapedreros o canteros y los carpinteros, que trabajaban bajo la dirección del Praefectus
Fabri.
- LOS ESCLAVOS, encargados de realizar
todo tipo de faenas, sobre todo las más pesadas.
El trabajo empezaba a la vez, en distintos puntos del acueducto.
Se instalaban
campamentos, donde los obreros y operarios vivían mientras durase la obra.
Cada campamento
tenía su propia organización, según las funciones que los hombres debían
realizar..
A lo largo de
toda la ruta varias cuadrillas de hombres se dedicaban a:
-construir
calzadas provisionales por las que transportarían, con las carretas y los
animales de carga, la piedra a lo largo del camino trazado entre la fuente del
río y la ciudad,
- a retirar la
capa superior del suelo,
- a nivelar los
salientes y rellenar los hoyos, y al mismo tiempo, y para ahorrar tiempo y
trabajo, se abrieron varias canteras, porque la piedra empleada en la
construcción no se transportaba más allá de lo estrictamente necesario.
Para la mayor
parte de las cuadrillas el trabajo preliminar consistía simplemente en excavar una trinchera en
terreno blando, asegurando temporalmente las paredes con puntales de madera,
una precaución que no era necesaria cuando el canal se excavaba en roca sólida.
Sin embargo, los
grupos con peor suerte se encontraban con que tenían que excavar toda su zanja
en un terreno de roca sólida, aunque los más desafortunados de todos eran
aquéllos a los que les tocaba cavar túneles.
Construcción
de un túnel. Cavaban varios agujeros hasta la profundidad deseada e iniciaban
la excavación de la galería. Estos agujeros se mantenían una vez finalizada la
obra para asegurar la aireación cuando se realizaban las tareas de
mantenimiento.
Éstos
tenían que empezar abriendo un puteus , es decir, un pozo, cada setenta y un
metros, más o menos, y luego, con el espacio justo para un hombre, tenían que
ir excavando hacia delante, pasando hacia atrás con unas cestas la piedra que
iban quitando para que la arrastraran fuera del pozo.
Al mismo tiempo, otros
hombres iban trayendo la piedra, que se había cortado en la cantera.
Luego, una vez
colocados, los canteros tallaban cada bloque cuidadosamente de forma adecuada
ya que debían encajar perfectamente sin necesidad de argamasa, aunque luego sí
se recubrieran con argamasa las piedras del canal, para impedir las
filtraciones.
Trabajo realizado en un puteus
Mientras
tanto, los libratores iban comprobando los progresos en todos los puntos de la
obra.
Una vez que el canal tenía ya su forma aproximada, entonces se bajaba un
chorobates a la trinchera para comprobar que ésta mantenía la pendiente.
Pero
como este instrumento era demasiado grande para bajarlo por los pozos, en los
tramos de túnel se utilizaba agua para medir el nivel.
Chorobates
Muchas
veces, los ingenieros decidían utilizar la técnica de sentada en seco, también llamada aparejo a hueso, en la construcción de las arcadas de los
acueductos; es decir, utilizaban la
piedra limpia sin ningún tipo de argamasa.
Esto implicaba un
trabajo depurado en cada uno de los sillares, cuyas juntas debían acoplarse
perfectamente para poder ejercer la presión necesaria que permitiese ir
levantando la obra sin más elemento de unión que la propia
presión de un sillar
contra otro.
Esta técnica
resulta particularmente interesante en la construcción de los arcos, donde cada
una de las dovelas es imprescindible para el conjunto general del puente.
Si se
quitase sólo una de ellas, se podría generar un desmoronamiento progresivo de los
restantes arcos, con lo que se destruiría totalmente el puente que sostiene al
acueducto.
Para construir
las represas se utilizaron bloques de piedra de longitud variable y de unos
cincuenta centímetros de ancho.
Los bloques de la coronación se unieron con una
especie de grapas de hierro, lo que les daba una mayor resistencia a la presión
o empuje del agua. Además de funcionar como depósito, estas represas servían a
veces como depuradoras o decantadoras, y un acueducto podía llegar a contar con
varias de ellas a lo largo de su recorrido.
Una vez colocados
los bloques de piedra con sumo cuidado, se tapa con tierra todo el specus, y
después se apisona bien el terreno y se extiende la tierra sobrante para que
una vez que crezca la vegetación nadie pueda notar por dónde transcurre el
canal.
Durante el
Imperio, cuando ya no había guerras en Italia y no hacía falta mantener en
secreto las rutas de los acueductos, éstos se solían marcar con mojones de
piedra, los llamados cippi , que eran particularmente útiles para localizar
puntos determinados del canal.
Gracias a ellos, si se producía por ejemplo alguna filtración que había que reparar, se podía señalar el lugar de la fuga dando como referencia el cippi más cercano.
En esta ilustración aparecen casi todas las tareas posibles en la
construcción de un acueducto.
Una vez
que se ha terminado el acueducto, da comienzo su larga vida. A partir de entonces hará falta inspeccionarlo y mantenerlo en buen uso, y para ello muchas veces habrá que repararlo o mejorarlo.
Al llegar el agua a la ciudad, ésta se recogía en un depósito.
Este depósito
solía tener externamente un aspecto monumental, por lo que se les conocía como castillos de agua , a pesar de
que la mayoría de ellos estaban enterrados y era imposible admirarlos.
Estos depósitos
estaban hechos y decorados con gran magnificencia, aunque, dependiendo también
de la ciudad, eran bastante más modestos.
En el interior de
este castillo se realizaba la distribución del agua en tres canales:
- El de las
fuentes públicas,
- El de las
termas y
- El de uso
privado.
FIN
Espero que os haya resultado interesante.